Hay una jota en Navarra que dice:

“Más que a nada en este mundo / A una madre hay que querer / más que a nada en este mundo / porque ella nos dio la vida / pa’ qué quieres más orgullo”.

Ya te has ido Glorita, un poco mal, pero así son las cosas. Te tuvimos poco en cuenta en nuestras vidas cuando adultos, pero casi siempre estuviste ahí. He pensado algo en estos días sobre ti y sobre nosotros, hay cosas que ya no podré experimentar, hay imágenes, escenarios, gentes, de las que ya no podré hablar con nadie, y eso es un poco penoso, más cuando murió Papá, pero algo quedó en ti, aunque siempre te has resistido a tener vida propia, más que nada porque no tenías costumbre y costaba más esfuerzo. Pero también le he dado vueltas a tu influencia, a tu presencia, hasta hace poco pensaba que era muy pequeña, pero hoy creo que me he equivocado, que tengo mucho tuyo, no siempre lo bueno, pero que has cumplido muy bien. Te recuerdo con tu sonrisa emocionada cuando fuimos a verte en Semana Santa. La distancia no hace el olvido, no lo ha hecho nunca.

Me viene a la memoria otra jota:

“No la llames, no la llames, / no la llames que no viene, / se habrá quedado dormida / debajo de los laureles, / que no la llames… que ya no viene”

Adiós, mamá