¡Qué sorpresa mi vuelta a Cali! He visto unos cambios muy buenos y muy grandes. Me invitan a un Festival Internacional del Vino (van por la segunda edición). Veo bastantes restaurantes nuevos que están llenos por la noche durante muchos días de la semana. Me encontré dos «chivas» (autobuses urbanos) por la calle con gente bailando y disfrutando de la música. Se alquilan para grupos de jóvenes o menos jóvenes. Me crucé con mucha gente por la calle en el centro antiguo. Mis amigas están más bellas que nunca y he conocido a nuevos amigos. Y encima quieren saber y disfrutar del vino ¡qué más queremos!.