Asistimos a la reunión del Capítulo del la Cofradía del espárrago en Dicastillo. Ya es la segunda vez que voy, peor esta vez con más motivo porque se hermanaba con la Cofradía del Vino de Navarra.
Allí nos recibió el nuevo Gran Maestre, Enrique Sánchez Sacristán a todas las cofradías amigas, un montón. Y de la Casa Vecinal, el nuevo centro cívico con que cuenta Dicastillo, y en el que nos dieron un hamarretako. De allí y acompañados por la Banda Bizkarra de la villa nos dirigimos en comitiva hacia la Iglesia de San Emeterio y San Celedonio, para asistir a una misa que estuvo acompañada por el Coro Voces Graves de Pamplona, que ofreció un concierto de temas religiosos. A mi modo de ver estas mezclas de actividades civiles con misas no las aguanto y lo siento mucho, pero el año que viene, o no voy o me quedo fuera.
Terminado este acto la comitiva discurrió por los lugares de la Feria del Espárrago ya inaugurada en esos momentos con mucha afluencia de publico, dirigiéndose hacia la ermita de la Virgen de las Nievas con la dificultad para algunos de la empinada cuesta de acceso a esta capilla. Llegamos hechos polvo, no recordaba tanto esfuerzo la otra vez que estuve. Alguna invitada de postín lista ella, se subió en coche, los demás a aguantar mecha.
En esta Ermita se celebró el Capítulo, con nombramientos de Cofrades de número, de Honor y Cofredías Hermanadas. Muy bonito todo. Lo mejor, sisn duda, el Coro de Voces Graves de Pamplona, que amenizó el acto. A la salida, nuevamente desfile, pero esta vez cuesta abajo (¿menos mal!), hasta el ayuntamiento, para degustar (hasta hartarnos) espárragos frescos buenísimos, pero que muy buenos. No nos quedamos a la comida, no estamos para tanta fiesta. Mucho calor, y color.