Nunca había estado en Madrid Fusión, he venido por negocios, o mejor dicho para comprometerlos. Solo unas horas, y no hemos podido ver casi nada. Pero ha sido suficiente. Enorme, con muchas llamadas interesantes. Visitamos Enofusión, una enoteca con muy buenos vinos de toda España, ¡pena que solamente haya 3 navarros! (Monjardín, Ochoa y Domaines Lupier), y luego una vuelta por stands y el gran anfiteatro. Comemos (¿?) con amigos colombianos y queda todo pendiente. Qué pena que un retaurante al lado, justo al lado, del Palacio de Congresos de Madrid, de tan mal de comer. Los extranjeros y los no extranjeros, nos llevamos una decepeción y una imagen de la gastronomía madrileña desastrosa. ¡A ver si lo cuidan!