En este verano el vino ha sido un buen protagonista. He tenido la suerte de poder dirigir catas y degustaciones en localidades pequeñas de Navarra. Viana, Anitz y Lakuntza han sido protagonistas de estas experiencias tan gratificantes. Estamos en una tierra en la que paradójicamente se desconocen bastante los vinos propios. Es una pena, pero hay que ponerse manos a la obra para que los navarros se conviertan en principales consumidores, defensores y embajadores de nuestros vinos. Una cosa muy importante, el vino hace amigos… y buenos.