Visita del médico, decido a última hora, voy en el primer tren de la mañana y vuelvo en el último de la noche. Llego a Madrid y me cojo el metro, bajo al inframundo y tengo que sortear a la bella Perséfone, que me quiere escoger para llevarme con Caronte.
Entro en el Salón de Gourmets, después de acreditarme; primera impresión bastante buena, se echan en falta más productores navarros, apenas hay, pero debe estar mal la cosa. Dicen que este año, al coincidir con Alimentaria, se resiente, una pena. Pero yo creo que también tenemos que reiventar las Ferias, porque si no van a languidecer sin más, aunque a este Salón de Gourmets le falta mucho para pararse. La acogida a la prensa en fenomenal, es la mejor Sala de Prensa de Feria que he conocido, espacio para ordenadores, cafetería, reuniones, etc.
Y voy a Navarra, por saludar y por dejar la cartera, Reyno Gourmet ha instalado un stand, sencillo pero vistoso, con Carlos Rodríguez como oficiante de lujo, y se nota para bien, para muy bien; Itziar Inza tutela y curra como nadie.
Me encuentro a José Mari Ustarroz a Mirian Molina, del Consejo Regulador de la DOP Idiazabal, y como siempre me acojen con mucho cariño; veo también a Juanjo Nicuesa liderando con Artzai Gazta de Idiazabal un proyecto de quesos muy chulo, «Quesos del Camino de Santiago» (me da a probar un queso, por cierto, con curación de dos años que está fuera de serie), una iniciativa muy buena, creo, que está naciendo y que va a dar mucho que hablar. Saludo a Mikel Zeberio, un crac de la crítica gastronómica y buen amigo. También beso a Victoria Díez y a Lola Núñez Pinto, dos sabias del marketing del vino. Pedro Abad, de Aceites Artajo, me acompaña en la degustación de los pintxos que nos propone Carlos Rodríguez en Reyno Gourmet: pochas, foie con pimiento del piquillo, espárragos, hamburguesa de ternera de Navarra… ¡qué rico! Todo ello regado con muy buenos rosados navarros.
Me gusta mucho el Túnel del Vino, presentados todos por variedades, muy completo.
Llega Jorge Solana y visitamos varias bodegas, de Ávila, de Rueda y de Ribera de Duero, catamos sus caldos y les hablamos de nuestras Tertulias del Vino. Buena acogida, vamos a ver.
Me despido y vamos al tren, por el camino vamos barruntando proyectos interesantes, cómo armar nuestro grupo de cata, garantizar la continuidad de las Tertulias, captar nuevas bodegas… y cosas que no puedo desvelar todavía.
En el tren a Pamplona muchas caras conocidas. Me encuentro con Daniel Beloqui, una suerte que nos llevará a compartir una cerveza. Cuando me siento, viene mi compañero de asiento y descubro a Juan Pablo Rebolé, qué casualidad, y hablamos de nuestras cosas. La película es espantosa, hace mucho calor y no puedo escribir porque el tren se mueve demasiado ¡coño!