Jac y Fermín, uno trabaja la palabra y otro el fuego

Jac y Fermín, uno trabaja la palabra con el conjuro y otro el fuego con la queimada

La noche del 23 de Junio vivimos una experiencia enogastronómica y vital extraordinaria. EntreVinos y Bruseleas-Kairos organizamos una quedada extraordinaria. Una noche mágica de San Juan, el solsticio de verano, una buena ocasión para probar nuevos vinos, una buena cena y revivir con meigas, brujas y flamenquito, para que lo nuevo arrasara a lo viejo. Y arrasó, ¡vaya que si arrasó! Sacaron primero seis vinos: Blanco Valdesil 2008 (Bodegas Valdesil, D. O. Valdeorras); Joven Amanecer (Bodegas La Aurora, D. O. Montilla-Moriles); Otazu Chardonnay 2008 (Bodegas Otazu, D. O. Navarra); Marco Real Reserva de Familia (Bodegas Marco Real, D. O. Navarra); La Estacada Syrah-Merlot (Bodegas Finca La estacada, D. O. Uclés); y Pale Cream Amanecer (Bodegas La Aurora, D. O. Montilla-Moriles). Les expliqué muy brevemente sus características principales, y comenzaron a sacar platos: Delicias de las dehesas andaluzas (chistorra ibérica, morcilla ibérica y Jamón ibérico de bellota de Sierra de Sevilla), Crema de nécoras de las Rías Baixas, Bogavante del Cantábrico a la plancha, y Presa Ibérica con salsa de uvas. ¡De lujo! Y llegó el postre, unas texturas de chocolate deliciosas, que aompañamos con Tinto y Sol Amanecer (Bodegas La Aurora, Vino de la Tierra de Córdoba) y Capricho de Goya de Camilo Castilla (Bodegas Camilo Castilla, D. O. Navarra). Un homenaje a la vida, a la felicidad, a la capacidad de disfrutar.

Las sevillanas, al mando de Soraya Fernández, fueron el colofón

Las sevillanas, al mando de Soraya Fernández, fueron el colofón

Pero no fue eso todo. Tuvimos un final apoteósico. Escribimos los malos rollos que cada uno había tenido en la temporada que se acababa y los quemamos en un cubo, a la voz del exhorcismo: «A la luna y al fuego, por la luz y con ella les pido protección de los males terrenales y no terrenales, por la luz y con su guía, que me acompañe todos los días de mi vida». Después  hicimos una «Queimada», recitamos el «conjuro» correspondiente, bebimos este delicioso brebaje, y nos pusimos (se pusieron) a bailar sevillanas, dirigidos por la maestra Soraya Fernández. Todo ello acompañados por los Gin-tonic de Fermín que, sin duda, son los mejores que se preparan en Pamplona