El verano ya se ha ido, dice la canción, y no sabemos cómo ha sido. La verdad es que ha sido muy bonito. He tenido experiencias inolvidables. Recuerdo, por ejemplo, consultas varias en la Clínica Universitaria que inevitablemente terminaban en otra consulta, como si fuera un sinfín (¡qué gran empresa!). Recuerdo también las magníficas habitaciones de este santo hospital y su circuito cerrado de televisión que nos ofrecían programas en diferido para que no pudiéramos toparnos con Belén Esteban (¡qué gran servicio!). Recuerdo que la primera noche vino a verme un señor vestido de negro y me pregunto si tenía miedo o si estaba nervioso, ¡me dio un susto! Recuerdo que los profesionales sanitarios me trataron estupendamente. Recuerdo que fui a la playa dos días (¡y soy piscis!), al Mediterráneo y al Atlántico. Recuerdo los calores de julio y agosto cociéndonos en nuestro propio jugo. Recuerdo… ¡ay qué recuerdos! El verano ya se ha ido, dice la canción, y no sabemos cómo ha sido. A ver si viene el invierno y nos pone con un poco más de fundamento.