Los Sanfermines tienen un componente de exceso que se ha convertido en uno de los atributos de su imagen de marca. En años anteriores este exceso alcanzaba también a las ofertas culinarias y de bebidas, de forma desigual, y es verdad que en algunos sitios bajaban claramente la guardia. Pero eso está cambiando afortunadamente, este año yo he paseado por el casco viejo, he tomado aperitivos estupendos, acompañados de vinos corectos y buenos, he comido en restaurantes de poco costo que han cumplido mis expectativas con creces, ofreciéndome algunos platos tradicionales muy conseguidos. He encontrado vinos de precio medio y alto, vinos de Navarra bastante buenos. Y todo ello sin contar a los restaurantes de alto nivel, los Restaurantes del Reyno, por ejemplo, donde han cumplido a la perfección el papel de escaparate de la grandeza culinaria de Navarra.
La leyenda urbana del gato por liebre ha desaparecido afortunadamente, gracias al consumidor que es cada vez más exigente y a los profesionales de primera linea que ocupan nuestros fogones y barras.