He recogido en este librito una serie de reflexiones que, en la mayoría de los casos, redacté para compartir con los amigos de las Tertulias del Vino de Pamplona. Hace año y medio perdí el pudor y, preparando la presentación de una de ellas, empecé a “desvariar” escribiendo en los márgenes de un periódico mientras comía un menú del día triste. Yo mismo me iba jaleando y reflejaba todos los sinsentidos que se me iban ocurriendo, en una especie de competición del absurdo, aunque escribía con infante emoción. Luego después me he ido serenando, escribiendo con algo más de juicio, aunque, en algunos casos, haya sido un poco pesado.
En cualquier caso es una especie de escritura del instante, como una repentización, como un “bertso”. Con una diferencia muy importante, está realizado por un aficionado que disfruta enormemente haciéndolo, pero sin la pretensión de que le tomen en serio.