¡Qué días, madre! Madrid me mata un poco, pero sólo un poco. Venga a comer y a beber. Cómo me gusta el frí­o de Sonseca. La cocina desestresa bien. La familia bien, gracias. Y vuelta a Pamplona, a comer y beber más. Nos revelamos contra el marisco y buscamos cosas más tradicionales. Y nos hacemos un lí­o. Es una vergüenza lo de los precios. El vino si mejora, pero la comida… Hasta el año que viene.