Y van cinco. Muchos esperamos con infante impaciencia la llegada de los primeros días de Agosto. Todos los años organizamos un “teatro” en Lekunberri. Las mujeres se vuelcan, los hombres huyen (salvo honrosas excepciones), les da mucho apuro. A mi me llaman Almodovar (será por mi enorme porte, no por la inteligencia del manchego). Nos lo pasamos muy bien. Disfruto mucho.