Es la noche de Santa Ana, el día grande de las fiestas de Tudela, llego a Tudela a las 21,30 h. justo cuando el Toro de Fuego y está toda la Plaza de los Fueros y las calles adyacentes a tope; tengo suerte y me cuelo en el parking privado del Remigio sin problemas. Luis me recibe como siempre, muy acogedor, pero ya veo que tiene los comedores a tope para la cena. Me cuenta que ha hablado con Javier Navarro pata que cene con ellos en su bajera. Los Hermanos Navarros, Javier y Luis, son agricultores sabios dedicados a las verduras y las hortalizas en la comarca tudelana. Conocí a Javier el año pasado con motico de la anterior edición del “feo de Tudela”, y desde entonces hemos tenido una excelente y variada relación, han participado, por ejemplo, en las Tertulias del Vino de Pamplona con el Cardo Rojo de Tudela, una variedad extraordinaria para tomar este manjar en crudo, y muy poco extendida y conocida. Bueno, vamos al grano, que me enrollo. Los Hermanos Navarro tienen una bajera en la calle San Nicolás, en el Casco Viejo tudelano, con una antigua bodega románica en su subsuelo. La utilizan como desahogo para la familia y amigos, para celebraciones y fines de semana. En fiestas es el centro de reunión y punto de encuentro. En la noche de Santa Ana, en el exterior de la bajera, Javier manipula una parrilla, buenas brasas y mejores productos, tomates, calabacines, poco después txistorra… La mesa comienza a llenarse de platos de viandas y nos sentamos. Pimientos de cristal rellenos de torrilla de patatas y fritos, tomate en ensalada con ventresca de bonito y olivas negras, pepino en ensalada, alcachofas rellenas de hongos y albardadas, tomate a la brasa, que se ha deshecho en una pulpa melosa como una esencia de sabores estupendos, calabacín cortado en lonchas y cocinado a la brasa… bueno, bueno. Vino blanco de Rueda y tuinto de cosechero, pero de confianza. Llevan de fiesta desde hace dos días y sobre todo a algún hombre, se ve que les “ha pillado la vaca”. Las mujeres son la columna vertebral, a pesar de que alguna todavía está de “empalmada”. Destaca en la cena a ki gusto el tomate, en ensalada y a la brasa; estamos en plena temporada, son sabrosos, no han cometido el erro de ponerles vinagre, que bastante acidez tienen de suyo. Son variedades diferentes, para ensalada en crudo la finura del marmande, para la brasa, una variedad más tosca y fuerte que ellos llaman “industrial para pelar”. Me gustaron también mucho los pimientos del cristal rellenos de tortilla de patata y fritos, muy finos. Y las alcachofas rellenas de hongos que las cocinaron en su temporada, allá por el mes de marzo, y las congelaron: el secreto es un buen producto y un a buena descongelación lenta y a temperatura constante. Pero lo que más me gustó fue la compañía y la conversación, bromas, chascarrilos, ingenio ribero… Además de los hermanos Navarro estaban Milagros, Mariuca, Cristina, Montse y dos Carlos. A final vino nuestro amigo Luis Salcedo, eran las 2,30 h de la madrugada y pusimos la nota final con un buen gin-tónic. A las 3, a la cama, que al día siguiente había que examinar a los “Feos”.