Cada vez espero con mayor expectación la llegada de los Sanfermines. No es por ninguna devoción religiosa, ni porque yo participe mucho en las fiestas, sino porque marcan el inicio del verano, del relajamiento, de las visitas al mar… A mi la fiesta me llegó un poco tarde, pero le voy cogiendo la medida. Las fiestas veraniegas tienen tres ingredientes sobresalientes: buena comida, mejor vino y grandes amigos. Este año solamente he disfrutado de tres días de los Sanfermines, el comienzo, lo que más me gusta. Y… hasta el año que viene. Ya falta menos.