Doña María Saéz Yrauregui era natural de Bilbao, su marido, Don Martín Escauriça trabajó en la primera imprenta que se abrió en la capital en 1577, lo que le permitió a la familia sortear con agilidad las malas rachas tan frecuentes en aquellos tiempos. Como era costumbre en la época, tuvieron muchos hijos, siete vivos y cuatro que no llegaron a nacer. Parece ser que Don Martín Escauriça era un tipógrafo reputado –no había muchos entonces, había pasado poco más de un siglo desde que Guttemberg creara la primera– y en 1596, cuando su vida profesional tocaba casi a su fin, le encargaron dirigir la impresión del primer libro impreso en euskera, titulado “Doctrina Christiana en Romance y Bascuence” por el Dr. Betolaza. Quizás fue esa profesión lo que hizo de Don Martín una persona ilustrada que devoraba libros, periódicos y noticias permanentemente, sobre todo las que llegaban en los barcos procedentes de Europa y América por la ría, lo que le otorgaba cierta autoridad en el barrio. La familia vivía “Allende la Puente”, nombre con el que se conocía entonces a Bilbao La Vieja, en una casa modesta pero espaciosa. Uno de sus hijos, el primogénito, Don Pedro Escauriça Yrauregui, se dedicó a la fabricación de velas, blandones y demás productos céreos para la Catedral de Santiago, y abrió una cerería que se llamaba ”el Alma de Santiago”, lo que le conviritió a Don Pedro en un artesano muy reputado y respetado. Otro de los hijos, Don Manuel, abrió en el barrio un Despacho de Vinos y Licores, aprovechando los buenos blancos y claretes que se elaboraban con las uvas de los viñedos cercanos; este Despacho se llamaba “La Aurora”, seguramente como homenaje a algunos de los barcos que hacían la línea con América y que le proveían de rones, o quizás a alguno de los escritos que recopiló su padre en la imprenta…

 

20joséantoniocruz13[Francamente no sé si las peripecias narradas en el relato que he escrito en el anverso de este opúsculo, ocurrieron de verdad o no, pero es una posibilidad cierta que los antepasados míos citados –que de verdad existieron- tuvieran  experiencias parecidas.
En cualquier caso es una osadía por mi parte despertarles de su letargo histórico, pero una osadía totalmente calculada y querida, porque me hace mucha ilusión haber conocido de su existencia hace muy poco.
Yo creo que estas historias nos hacen ser optimistas en cuanto a nuestro presente y nuestro futuro, y no creo que haya político ni banquero que nos entierre de momento, somos duros de pelar y estamos para vivir.
Alzo mi copa imaginaria y brindo por nosotros y porque el vino siga siendo una fuente de salud y de placer]

A ver si aciertas, lee despacio, adivina, adivinanza…
Es picante, picante, no es pimiento; tiene barba, no es hombre.  Mina da mina, ezta piperra; bizkarra dauko, ezta gizona.
Está tumbado. Si se levantara, tocaría el cielo; si tuviera manos, cogería ladrones; si supiera hablar, diría todo. Etzanik dago. Yagiko nalitz, zerua yoko leuke: eskuak baleukaz, lapurrak atxitu; berbetan baleki, guztia esan.
Tiene aliento y no cuerpo. Atsa bai ta korputzik ez.